MONICIÓN DE ENTRADA
Queridos hermanos en el Señor:
Llegados a
la recta final de este tiempo cuaresmal, invocamos la misericordia y la
justicia divina para ser fortalecidos espiritualmente frente a las asechanzas
del maligno. Solo la ayuda de Dios puede hacernos entender el mensaje que hoy
las lecturas nos lanzarán: que solo muriendo a nosotros mismos podemos obtener
la vida divina que nos está reservada; hay que morir para vivir. Pidamos, pues,
al Señor que su ejemplo de entrega por amor nos estimule y nos impulse a vivir
la vida como una continua ofrenda en pro de los demás. [Pongámonos
en pie para comenzar la celebración].
ORACIÓN DE LOS FIELES
Queridos
hermanos: Jesucristo es el grano de trigo enterrado en tierra de donde brotará
una vida nueva, elevemos nuestras súplicas para que las presente a Dios Padre.
R/ Señor,
Jesús, ten piedad de nosotros.
-
Por la Santa Iglesia:
para que no cese de avanzar animosamente hacia aquel mismo amor que movió
a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Oremos.
-
Por el papa Francisco y nuestro obispo N.: para que iluminen a tus fieles con la enseñanza de
la fe. Oremos.
-
Por los enfermos: para que en este tiempo vivan su
situación en comunión con Cristo crucificado. Oremos.
-
Por los trabajadores del mundo entero: para que sus
justas reivindicaciones sean atendidas y todos respeten su dignidad. Oremos.
-
Por los difuntos: para que enterrados como semilla
puedan gozar de la vida eterna. Oremos.
Acoge,
Padre de bondad, las preces y súplicas que tu Hijo Jesucristo, nuestro abogado,
te presenta. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
MONICIÓN FINAL
Queridos
hermanos, solo quien entrega su vida obtiene la eternidad. Podéis ir en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario