miércoles, 8 de marzo de 2017

LOS LIBROS LITÚRGICOS




Queridos lectores, seguramente habrán leído en el artículo que todos los viernes lanzo las siguientes expresiones “sacramentario veronense”, “sacramentario gregoriano” etc. Y ustedes se preguntarán que qué es eso de “sacramentario”. Pues bien, en el artículo de hoy les explicaré de la manera más sencilla y clara que sepa a qué nos referimos cuando citamos estas fuentes litúrgicas antiguas.

En primer lugar vamos a explicar qué es un libro litúrgico: se trataría de un libro que sirve para una celebración litúrgica y está escrito con vistas a ella. ¿Qué tipos de libros litúrgicos hay? Los principales libros litúrgicos se agrupan en cuatro categorías:

1.      Libros para la celebración de la Eucaristía:

a.       Libros para el celebrante (sacramentario).

b.      Libro de las lecturas (leccionario).

c.       Libros para el canto (antifonario).

d.      El Misal (libro mixto).

2.      Libros para el Oficio Divino:

a.       Libros para el canto (salterio, antifonario, himnario).

b.      Libros para las oraciones (colectas sálmicas).

c.       Libros para las lecturas (bíblicas, patrísticas, hagiográficas, leccionario).

d.      El libro para el oficio del capítulo (martirologio, necrológico).

e.       El Breviario (libro mixto).

3.      Libros para la organización de la liturgia:

a.       Ordo.

b.      Ordinal.

c.       Ceremonial.

4.      Libros para los otros sacramentos y ritos:

a.       Pontifical.

b.      Ritual.

Estos libros son un medio para la correcta celebración litúrgica. Son un instrumento de trabajo para la ciencia litúrgica que, además, nos ponen en contacto con los cristianos de otras épocas. Hoy solo veremos los que se usan para la celebración de la Eucaristía por ser los más cercanos a nosotros.

1. Los sacramentarios

El Sacramentario es un libro que contiene solamente lo del celebrante: oraciones y una eucología para todo el año litúrgico. ¿Qué es la “eucología”? viene del griego euché =oración, y lógos =discurso. Es el conjunto de oraciones contenidas en un formulario litúrgico, en un libro o, en general, al conjunto de oraciones que a lo largo de los siglos hemos recibido. Veamos los tres fundamentales

1.1. Sacramentario veronense

El sacramentario veronense es una colección de formularios de misas independientes unos de otros. Al inicio fueron usados en la liturgia papal y después modificados para el uso de los presbíteros en las iglesias de Roma. Esta colección contiene elementos no romanos; es un libro muy desordenado y organizado según los meses del año civil; contiene plegarias, oraciones personales y polémicas. Fue atribuido en su origen a san León magno, aunque esto es muy discutido. Seguramente se compuso entre los ss. V-VI. Son las plegarias más antiguas de la liturgia romana.

1.2. Sacramentario gelasiano

Escrito en el periodo de San Gregorio Magno (+604) hasta San Gregorio VII (+1085). Pudo
ser compuesto entre el 687 y el 715. Contiene algunas rúbricas, por primera vez. Es un libro para el obispo o para el presbítero que contiene todos los textos necesarios para: la Misa, los otros sacramentos, Liturgia de las Horas, Bendiciones, Ordenaciones y otras ocasiones; sin embargo, no contiene los textos para otros ministerios: ni lecturas, ni cantos.

1.3. Sacramentario gregoriano

            Atribuido al prestigio de san Gregorio magno se mantuvo como el sacramentario usado por el papa en la catedral de Roma, san Juan de Letrán y en las solemnes celebraciones. Debió crearse entre el 592 y 595. En los años 785-786 el papa Hadrianno I manda una copia a Carlomagno, que sufrirá algunas modificaciones.


2. El leccionario

Es el libro que contiene la Palabra Divina dispuesta para ser leída y convertirse en Espíritu vivificante. Al principio no existía más libro que las Sagradas Escrituras del A. T. en aquellos volúmenes en forma de rollo o en fragmentos de papiro cosidos por un lado. La lectura seguía el ritual de la sinagoga judía (cf. Lc 4, 16ss): el encargado entregaba el volumen al doctor, el cual leía el texto sagrado empezando por el punto donde había quedado interrumpida en la reunión anterior. Cuando empezaron a circular por las comunidades cristianas los Evangelios y las cartas de los apóstoles, fueron incorporados a la lectura litúrgica y leídas de igual modo que el A.T.

Mas tarde se empezaron a escribir unas anotaciones al margen del texto, en los libros sagrados, para indicar el comienzo y el final de cada lectura, así como el día en que  debía tomarse el pasaje señalado. El paso siguiente fue copiar en un volumen distinto de los libros de las Escrituras, la lista de estas anotaciones marginales, pero ordenadas siguiendo el calendario y copiando las primeras palabras y las últimas del texto bíblico correspondiente. Estamos ante una labor de sistematización de las lecturas bíblicas en función del calendario litúrgico, es lo que se denomina lectura temática que comenzó a hacerse desde el s. IV al mis tiempo que se producían los primeros desarrollos del año litúrgico.

Llegó un momento que para facilitar la tarea del lector se confeccionaron unos libros que contenían el texto completo de las lecturas. Estos libros aparecen a partir del s. VIII y han recibido los más diversos nombres:

·         Para las lecturas no evangélicas: comes, apostolus, espistolae, etc.

·         Para los evangelios: evangelium exceptum, evangeliare, liber evangelii, etc.

·         Para los que reúnen uno y otro: comes, episolae cum evangelio, lectionarium, etc.

Estos últimos son los que aparecen en nuestros leccionarios de misa.

3. El misal

Con la palabra "misal" se designa una fusión de tres libros litúrgicos: sacramentario, leccionario, antifonario, con añadido del calendario y del Ordinario de la misa, esto es, las partes inavriables de la celebración.

El Misal, como libro litúrgico es relativamente moderno en la historia de la Iglesia. Los primeros sacramentarios datan del s. V y se extienden en el tiempo hasta el s. XIV, momento en que son una categoría superada y en su lugar comienzan a usarse los misales.

El Misal, a diferencia de los antiguos sacramentarios, se caracteriza por ser un  libro plenario, esto es, un solo libro donde se recogen: el antifonario, el sacramentario, y el leccionario. Esto supuso por una parte la reducción de libros para la celebración, con lo cual se facilitó la misma, pero por otra parte, la pérdida tanto de la riqueza ecológica de los mismos como de los espacios y polos celebrativos. Dos misales son los más importantes en la historia litúrgica: el de 1570 y el de 1970. Veamos el primero con más detenimiento:

En el Concilio de Trento, Sesión XXV (1562), se discutió la necesidad de una reforma del misal. Para ello se crea una comisión, presidida por Leonardo Marini. La solución: se deja el proyecto al Papa (Papa Pío IV: 1559-1565). Con la muerte del Papa Pío IV en 1565, el trabajo pasó a Papa San Pio V.  El 14 julio de 1570, se promulgó el nuevo Misal.

            Después de Pío V, el Misal recibe todavía pequeñas modificaciones: la de Clemente VIII (1604); la de Urbano VIII (1634); la Benedetto XV (1920). Que supusieron, sobre todo modificaciones rubricales y añadidos de formularios (santoral; 4 prefacios). El papa Pío XII en 1948 inició un proyecto de reforma litúrgica. 

Juan XXIII fue el último papa que acometió algunas reformas. Sobre todo, las rúbricas del Misal y del Breviario, en 1960, cuando ya se había anunciado el Concilio Vaticano II, con lo cual existía el propósito de hacer una reforma.

Del mismo modo se operó tras el Concilio Vaticano II, quien encargó al papa la reforma del misal con estos criterios:

·         promover la participación activa

·         un enriquecimiento del leccionario

·         recuperación de la homilía

·         recuperación de la plegaria de los fieles

·         el uso de la lengua vernácula



            De ahí nació el misal que se publicó en 1970 y que tenemos ahora en su tercera edición del año 2002. Fue promulgado por el beato Pablo VI y revisado por san Juan Pablo II

Espero que haya servido de aclaración la explicación de los diversos libros litúrgicos. No dudéis en manifestar vuestras dudas ante expresiones o palabras o conceptos que no conozcáis nos servirá a todos para aprender y formarnos.

Dios te bendiga




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