sábado, 20 de octubre de 2018

EN RESCATE POR MUCHOS

HOMILÍA DEL XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Queridos hermanos en el Señor:

Hoy vivimos en un mundo donde se da gran importancia al liderazgo: ser líderes de opinión, líderes de audiencia, líderes en youtube, líderes en el trabajo, en definitiva, buscamos el liderazgo en todo. Hoy estan, también, muy de moda los llamados "coach" o los "personal trainer". alguien que nos dice qué hacer, cómo actuar, qué vestir, y es que ante la inseguridad de la vida, enseguida buscamos quien nos dicte lo que hemos de decir y lo que creemos que nos conviene.

El Evangelio de hoy, a raíz de una atrevida petición de Santiago y Juan, nos ofrece una triple enseñanza sobre el liderazgo cristiano: en primer lugar, a un real seguidor de Cristo no se le ahorran sufrimiemtos en esta vida, más aún se le aseguran, y bastante desagradables, de ahí la imagen del cáliz y del bautismo que Jesús emplea en su respuesta. La segunda enseñanza es que el gozar del Reino de Dios no es algo que se consigue por méritos propios o como pago por un servicio, sino que es puro don y gracia del Padre eterno, dueño soberano de la Gloria. Y como tercera enseñanza encontramos el aserto (logion) del rescate: la misión de Jesucristo es la de dar su vida por la salvación de los hombres. Vemos pues, que Jesús hace suya la profecía de Isaias que leíamos en la primera lectura.

Jesús, ofreciendo su vida por la liberación de los hombres en manos del demonio, esta ejerciendo su oficio sacerdotal mostrando, así, su capacidad de compadecerse de nuestras debilidades, y para que alcanzaramos el trono de la gracia donde reside la misericordia y la gracia oportuna frente a la debilidad de la vida humana.

Así pues, el liderazgo cristiano que Jesús nos propone va más allá del mérito humano y de nuestras fuerzas, se trata de imitar su abajamiento a nuestro mundo y a nuestra flaquezas. Jesús confronta la actitud de los poderosos y jefes de la tierra que ejercen un liderazgo desde el dominio y la opresión, con respecto a los miembros de la Iglesia que deben ejercer su liderazgo desde el servicio y la humildad de saber que solo queremos servir a Cristo en los hermanos. Ell evangelista define el servicio de Cristo con dos palabras griegas bastante duras: "diakonos" y "doulos": la primera se refiere al servidor como tal, al que sirve las mesas, el que ejerce un oficio; la segunda palabra es aun más dura, pues se refiere al esclavo, al oficio servil, al que depende enteramente de la retribución y magnanimidad de su amo.

Pues bien, hasta este punto llega Cristo: el no quiere que sus seguidores se conformen con servir al prójimo como lo podría hacer cualquiera. No. El quiere que nuestro servicio sea real, generoso, incluso si llegara el momento de tener que dar la vida por la persona que menos se lo mereciera. Este evangelio que hemos leido, queridos hermanos, es una fuente de consuelo para nosotros por lo que Jesucristo está dispuesto a hacer por nosotros, pero es tambiñen una llamada al compromiso cristiano serio y radical. Consecuencia moral extrema de nuestro ser cristiano. Así sea.

Dios te bendiga 

1 comentario:

  1. Pero al final seguir a Cristo es con mucho lo mejor gracias por compartir sus homilias

    ResponderEliminar